Cuando un inversor decide invertir su dinero en activos que cotizan en mercados financieros fuera de Europa (renta variable americana o asiática, por ejemplo), el precio de estos está en una moneda distinta al euro y, por tanto, la rentabilidad de la inversión pasa de depender solo del comportamiento del activo, a sumarle el comportamiento de la moneda extranjera frente al euro.
Esto sucede porque, cuando entra en juego otra moneda además de la propia, el precio de intercambiar una por otra es otro factor más de la inversión y dependiendo de si este sube o baja, el inversor puede salir más beneficiado o perjudicado.
EJEMPLO: Si como inversores en euros, invertimos en renta variable americana, el precio de “cambiar” euros por dólares (moneda extranjera) entra en juego en la rentabilidad de la inversión. Así pues, si este precio sube, el dólar vale más y el inversor en euros se ve beneficiado. Si este precio baja, el dólar vale menos, y el inversor en euros se ve perjudicado.
Numerosas veces, los inversores que invierten en euros, se preguntan a la hora de invertir en una región geográfica con una divisa distinta al euro (Estados Unidos, por ejemplo) si les compensa cubrir o no el riesgo de que la moneda extranjera (el dólar, por ejemplo) se mueva en contra de sus intereses, en el caso de invertir su patrimonio en esa estrategia.
Este riesgo se produce porque la divisa se mueve por una serie de factores económicos, e independientemente del comportamiento que tengan los activos que se incorporarían a la cartera, dicho riesgo va a afectar a la rentabilidad de la inversión de una manera positiva o negativa.
Por tanto, es importante que los inversores sepan si les puede merecer la pena o no cubrir este riesgo y puedan tomar la mejor decisión posible con respecto a su inversión.
El ejemplo que vamos a utilizar para explicar esto es el de invertir en un fondo de inversión o ETF (los vehículos de inversión más utilizados frecuentemente)
¿Qué es el riesgo de divisa cuando se invierte en un fondo de inversión o ETF?
Al invertir en un fondo de inversión o ETF, existen distintas clases del mismo fondo de inversión o ETF que se pueden suscribir para invertir en dicho fondo o ETF. La cartera de valores de cualquiera de los dos productos es la misma en todas las clases siendo la diferencia la moneda en la que inviertes.
Este riesgo aparece cuando se invierte en vehículos (fondos de inversión o ETF) que a su vez invierten en activos cuyo precio está en una moneda que no es el euro.
Así pues, el riesgo de divisa o tipo de cambio es el riesgo que asume un inversor cuando invierte en una clase de un fondo de inversión o ETF cuyo valor liquidativo (precio al que compra o vende el inversor la clase del fondo o ETF) está denominado en una moneda distinta al euro.
¿Y cómo se puede cubrir ese riesgo? EJEMPLO
Un inversor español que quiere suscribir un fondo de inversión o ETF de renta variable americana cuya cartera está compuesta únicamente por acciones de las bolsas estadounidenses que cotizan en dólares. Por tanto, el valor liquidativo de este fondo o ETF será en dólares (las acciones cotizan en Estados Unidos en su moneda que es el dólar), pero el inversor español comprará la clase que está en euros (por ser la moneda en la que tiene su dinero), tanto si cubre la divisa como si no, incurriendo en un riesgo de divisa si no lo está.
Si dicho inversor español de nuestro ejemplo no quiere asumir este riesgo con su inversión, y prefiere que su rentabilidad provenga únicamente del comportamiento del fondo o ETF y no se vea afectada por el movimiento del dólar frente al euro, la manera de cubrir completamente ese riesgo será optar por la clase del fondo o ETF en euros que cubra la divisa, es decir, en este caso el movimiento del dólar frente al euro (suele mostrarse en el nombre del fondo o ETF con una “H”, “HDG” o “HEDGE”).
De esta manera, continuando con nuestro ejemplo, un inversor en euros tendría tres opciones para comprar el fondo o ETF de renta variable americana:
- La clase en dólares (USD). Para comprar esta clase, el inversor tendría que convertir sus euros a dólares y, para reembolsarla, tendría que convertir los dólares a euros sufriendo dos veces el tipo de cambio (precio al que intercambias los euros por dólares) en el momento que efectuase esas operaciones y pudiéndose ver beneficiado o perjudicado al hacerlo.
- La clase en euros (EUR) sin cubrir la divisa (sin estar protegido de los movimientos del dólar frente al euro). Su rentabilidad será la de la cartera en dólares, es decir, lo que hayan hecho las acciones en la bolsa americana, pero cambiada en euros. De esta manera, el inversor no sufre el movimiento de la moneda extranjera respecto al euro al comprar o vender el fondo o ETF, pero éste ya se ha visto reflejado en la rentabilidad de la inversión en función de si ha sido favorable o desfavorable.
- La clase en euros (EUR) cubriendo la divisa (estando protegido de los movimientos del dólar frente al euro). Su rendimiento será similar al que haya tenido la cartera de acciones en dólares porque no le afecta la fluctuación de la moneda extranjera al estar protegido frente a ello, pero será ligeramente inferior al descontar los costes de la cobertura aplicada.
¿Y cómo podemos saber cuál es el coste de cubrir la divisa al mirar las clases de un fondo de inversión o ETF?
El coste de la cobertura es la diferencia entre la rentabilidad de la clase en dólares (USD) y la clase en euros cubriendo la divisa (EUR HEDGED). Este coste puede ser interpretado como alto o no en función del grado de tranquilidad que quiera el inversor con su capital.
Ventajas:
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La rentabilidad de la inversión depende únicamente del comportamiento del activo a invertir. El inversor se asegura que la rentabilidad que va a obtener con su inversión va a depender únicamente del comportamiento de los activos escogidos, y no va a verse afectada ni positiva ni negativamente por la fluctuación de la moneda extranjera respecto al euro.
- Diversificación. Esto puede ser útil por ejemplo para un inversor que quiera diversificar su cartera y tener exposición a una región geográfica concreta distinta de Europa, pero quiera eliminar el riesgo de que la divisa distinta del euro pueda evolucionar de una forma que le reste rentabilidad a su cartera.Les garantiza el precio más adecuado y da seguridad a sus operaciones garantizando la liquidez.
Inconvenientes:
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Comportamiento de la divisa extranjera favorable a la inversión. La moneda extranjera tiene un comportamiento frente al euro favorable para los intereses del inversor y, por tanto, hubiera influido positivamente en el rendimiento de la inversión incrementándolo. Pero por haber escogido la opción cubierta, el inversor no percibe esos beneficios y los costes para el fondo que lleva implícito realizar la cobertura reducen la rentabilidad final obtenida.
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Costes. El proceso de cubrir la divisa en productos como los fondos de inversión o ETF es relativamente sencillo, pero también es costoso y, por tanto, incrementa los gastos de la inversión.
Conclusión:
Un inversor en euros con un horizonte de inversión corto o con un entorno macroeconómico de mucha incertidumbre, si le puede interesar más cubrir la divisa tanto por motivos de rentabilidad como de tranquilidad, pero un inversor en euros que quiera incorporar a su cartera vehículos de distintos activos que invierten a nivel internacional con un horizonte de inversión a largo plazo y se ajuste a su riesgo tolerable, le puede merecer más la pena elegir la opción que no cubre la divisa.
Pero, en definitiva, el motivo principal para tomar esta decisión es el perfil de riesgo del inversor y la tranquilidad que desee tener mientras está invertido eliminando el riesgo de cómo se muevan las monedas extranjeras y centrándose en el resto de los factores para invertir.